¿Cómo abordar un tema tan escabroso? En un primer momento resulta tentador caer en el sensacionalismo, no faltaban motivos para ello. Luego, se impone el sentido común y en un acto de respeto por las propias víctimas llegas a la conclusión que flaco favor les haces si desde algún sector tachan la obra de tremendista. Es por eso que optamos más por sugerir que por mostrar, siempre quedaría la opción del lector de profundizar en el asunto y sacar sus propias conclusiones. La forma escogida para adentrarnos en la tragedia pasaba por poner caras y nombres, la de tres generaciones de una familia que si bien ficticia pudo perfectamente existir. A través de ellos conoceríamos como los hechos de aquel 26 de abril de 1986 transformarían por completo la trayectoria de sus vidas. Lejos de la polémica nuestra intención es hacer reflexionar sobre aquellos hechos y rescatar a aquellas gentes del olvido… ojalá lo hayamos conseguido.
